viernes, 12 de octubre de 2012

Hamburger Bahnhof


Hoy he ido al Museo de Arte Contemporáneo berlinés conocido bajo el nombre Hamburger Bahnhof, que queda casi en frente de la estación Haupbahnhof. Es un edificio gigante, en el siglo XIX fue una de las principales estaciones de ferrocarril en Berlin. Hoy alberga una buena cantidad de Arte y otra de Mierda. Lo siento, pero al no ser estudiante he pagado 14 € por la entrada completa al museo (colección+temporales) y la verdad es que he salido algo decepcionada de dicho recinto.

Creo que dos o tres veces he visto buenas exposiciones ahí. Desgraciadamente he tenido dias como el de hoy, en los cuales pienso en que esos eurillos sólo sirven para dejadme admirar los originales de Beuys y de Warhol que el edificio conserva como parte de su colección privada. Sin eso, la visita habría sido una pérdida de tiempo casi completa. Digo casi porque todotodotodo no es malo. O eso quiero creer!!

A continuación quiero hacer una pequeña reflexión personal sobre lo que Paula y yo hemos visto hoy. Para que nadie se pierda, dejo un link con las exposiciones actuales en inglés, las cuales quiero criticar brevemente:


En primer lugar, empezaré por Martin Honert y su exposición Children's Crusade, que permanece expuesta hasta Abril de 2013. El artista alemán quiere hablarnos sobre la niñez, la suya propia. A pesar de tener un lenguaje pop que llega hasta lo kitsch, consigue con la mayoría de sus piezas impactar al espectador y transportarlo a su mundo, probablemente mediante el cambio de formatos hacia un tamaño mayor al real, o reproducciones en tamaño natural de antiguas fotografías por ejemplo. La cama y los sueños son probablemente un punto importante en su obra, asi como personajes reales (familiares y profesores, por ejemplo), jugetes y otros simbolos de su infancia. Sus esculturas o pinturas tridimensionales, como él las llama, son objetos creados y producidos por él mismo, y hay que admitir que uno sale de este hall con una sensación divertida y a la vez nostálgica.

Por otra parte, la colección de Joseph Beuys alberga hasta Noviembre fotografías del artista tomadas en Estocolmo en 1971 por Lothar Wolleh. En su mayoría son series, desde tres a nueve fotos que muestran periodos cortos de tiempo en los cuales Beuys prepara o produce, viene y va, en general tengo que decir que no es nada especial. Fotografías majas de Beuys que coloca un lienzo de dos metros, coje algo como un pincel, se mueve hacia la izquierda, se va, regresa. El lienzo sigue tal cual...y asi con casi todas las series. Perteneciente a esta exposición encontramos la obra del propio Beuys, el cual sumergió el libro con las publicaciones de estas fotos en un recipiente metálico con agua. No te digo ná y te lo digo tó.

La siguiente exposición es titulada Secret Universe IIII de Morton Bartlett. Le quedan dos días en el Hamburger. Es una exposición que se apodera del concepto de la extrañeza, lo terrorífico a través de la exhibición y dibujos de muñecas, objeto preciado ya desde los surrealistas para crear este microcosmos de personitas-personajes extraños que nos llegan a causar hasta escalofríos. No es mala la exposición en sí, pero a parte de la sensación rara de mezcla humana con juguetes, o esos juguetes que llegan a parecerse tanto a personas, no pasa a ser más de lo terrorífico, raro, que ya fué explotado en el arte y en peliculas de terror de Hollywood y que creo, que hoy día poco más nos pueden aportar... desde luego, no ha sido de mis preferidas.



Architecktonika 2 ocupa todo la planta inferior del edificio y muestra piezas muy diversas en relación con arquitectura y arte. Las piezas más interesantes para mí han sido los planos, maquetas y fotografías de nuevas viviendas realizadas en su mayor parte en los años sesenta, construcciones vanguardistas pensadas en el futuro y en las necesidades del ser humano postmoderno.
Aunque como decía, desgraciadamente creo que hay muchas muchas piezas superfluas. Ahí fue justo cuando tuve la sensación de que el espacio debía ser rellenado, de que había un edificio de tres plantas en total que debía albergar arte o restos de éste.
El visitante acaba cansado ante tanta pieza (no olvidemos que el arte contemporáneo es casi siempre audiovisual y textual) y tanta caminata me parece.

Asi que acabamos escondidas y acomodadas chismorreándo en la sala casicomo de cine de la planta de arriba, donde no erámos las únicas que descansaban la vista y los pies delante del aburrido video expuesto (sin sonido, tres cortes de 300x100 cm aprox. en los cuales aparecian por turnos videos de un par de minutos de diferentes personas, sólo sus rostros, tristes por alguna desgracia palestina. Otra vez tengo que disculparme, pero es de saber lo difícil que es conmover a alguien con ese tipo de videoinstalación, la cual no me da si quiera de que hablar.)

No obstante y pese a carecer de highlights en estos momentos, siempre recomendable la visita de cultura y espectáculo en Berlin.